viernes, 18 de febrero de 2011

 
Dicen, los que no tienen tiempo para pensar, que la luna brilla gracias al sol.
 Que su luz no es más que el reflejo procedente de una estrella más.
  Que las cicatrices alrededor de su cara son chinazos de meteoritos.
    Y que como pasa casi siempre, tiene por detrás un lado oscuro que la protege.


        En conclusión, que no existe ninguna magia.




 Y entonces...  ¿Por qué me llama a aullar todas las noches?

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