viernes, 21 de noviembre de 2008


Ya no somos niños, y por lo tanto, cuesta mas rectificar. Los juegos ya no los creamos nosotros si no la sociedad y aunque antes vieramos el mundo en tan solo unos kilometros ahora es incluso decepcionante saber que existe tanta realidad.

Un beso combinado con una palabra de más, nos tenía entretenidos varios minutos justificandonos que la querias y ella seria todo en este mundo imparcial. Que le prometías la vida y tantos juguetes que le pudieras dar.
Pero los ojos aun estaban ciegos a la verdad y soñabas en el mundo perfecto donde un perro abandonado era la fiera mas voraz.

En cualquier momento de necesidad nos olvidabamos de cómo hacer amigos al instante y sin embargo desarrollamos la verguenza del qué dirán.

Y aunque no queramos, esto seguirá siendo igual...

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