sábado, 6 de diciembre de 2008



Exhalé hasta lo máximo que podian mis pulmones y miré a Leo de una forma inexpresiva. Llevabamos 7 minutos hablando pero se me hicieron como 15.No es que no me interesara lo que me decia, si no que mi mente estaba en otra cosa.



- Inusualmente la confianza llega a limites extremos. No sabemos ni cómo ni principalmente el por qué sucede cuando llegamos a ellos y nos resulta, bastante extraño, que sea de por sí; pero lo aceptamos y seguimos hacia delante.
Y para que engañarnos, si salimos ganando en este juego los dos; a él porque el resultado es la solución de su problema, a tí porque moral y fisicamente te sientes bien.




- Si, pero no me negarás que no es nada complaciente joder a los demás.
Imaginarte la cara de enfado cuando se de cuenta de que ha recorrido la senda equivocada y aun así, le han dicho que iba por buen camino.




- Bueno pero pensamos que ninguno va a ser tan hijo-de-puta que te diga las cosas al revés, y que con un acto de buena presencia (porque fé no sería) pudiera indicarme por donde mover mis pies.
Pero ahora que lo dices y viendo como está el mundo... me quedo mas preocupado.




- No pecamos en maldad por puro vicio, si no pecamos la mitad de veces por ignorancia y la otra mitad por avaricia o poder.


- Y creeis que justificando vuestros malos actos os vais a librar de la conciencia...



Después de alguna sonrisa de más y unos cuantos sorbos, decidí cambiar de música, y así cambiar mis pensamientos por otros más sabe-lo-todos. Y saqué el flow.

No hay comentarios: