viernes, 14 de mayo de 2010

¿Hipocresía a mi?



Y es que aunque no lo creamos,
amamos de lleno la hipocresía,
es el pan nuestro del día
entre deseos y mal-habladurías.

Seguimos venciendo
a costa de las tonterías,
malvendiendo, mintiendo,
seguros de nuestra sabiduría.

Y es que ninguno piensa
que para sí mismo es la vendimia,
-esos frutos secos de codicia-
son insanas fuentes de majadería.

Se les llenas los ojos bravos
de falsas y extrañas reliquias,
ya que siguen por defecto
lo que ellos nunca jamás harían.

-Por la boca echan fuego
bañadas todas de lejía,
maldicen nuestros juegos
llamandolos herejías.-

Y entre tanto revuelo y poco recuerdo
ninguno se retracta de sus pericias,
siguen igual, como hienas,
jactándose de la gente que se fía.

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