No escribo por cortesía,
ésta vez es por palabrería.
No soy un muñequito
al que pintan habladurías.
Tampoco voy de títere,
al que mueven cada día.
Intento hablar de mí,
mostrando lo que debería.
Y aunque todo siga así,
preferiré la monotonía.
Ya que moriré de pie
sin mejorar esta sintonía.
No hay comentarios:
Publicar un comentario