
A tí que entras cada día,
que en vida me suspiras
y en noches me consuelas.
Por tí haría,
saltos de suicida
si tan solo lo pidieras.
A tí que aunque perdida,
buscas en mí la salida
y no la encuentras.
Para tí mis silabas,
que si por mi deber fuera
todas serían conseguidas.
Y sin tí estaría
sin rumbo ni guía,
y ni con voz ni alegría.
Pero contigo y no sin tí,
puedo vivir todavía.
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