viernes, 22 de octubre de 2010

Nana



Cajita mía, no me dejes embaucar,
que respirando hondo
sabemos donde pasará.

Cajita dulce, olvidame ya,
que allí donde estuviera
volveremos a empezar.

Destreza mía, la que vamos
a enfundar, sabiendo cómo,
veremos a quién ofenderá.

-Tranquila vida,
que yo lo solucionaré,
mi amiga, la idea,
te dará donde beber.-

Cajita sucia, déjame en paz,
que robaré los deseos
en donde pueda navegar.

Cajita mía, no te vayas
para allá, que donde yo beba
será un buen lugar.

.

Salióse ella, con ganas
de bailar, quiso entonces
conquistar la gran final.

Un pensamiento, un susurro,
un beso al que dirá,
todo ello con un toque especial.

Pero entre tanto traqueteo,
y unos ojos que admirar,
supo centrarse en lo esencial.

-Y aventajada ella,
exitosa salió,
volarán, muy lejos,
y tendrá lo que soñó.-

Hablando, un día,
susurrando me cantó;

Ágarrate vida,
que esto parte ya,
¿A caso no sientes,
el deseo de navegar?

Vive, siente,
no digas que dirán,
que ellos, los conscientes,
nunca verán la realidad.

Calma, sosiega,
espera paciente la humildad,
que dentro de lo que cabe
quién si no para fiar.

-A todo esto, sin vaciles,
me quedé perplejo yo,
siento, veo,
que esto no es cosa de dos.-

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